Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


1539
Legislatura: 1893-1894 (Cortes de 1893 a 1895)
Sesión: 2 de junio de 1894
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 144, 4613
Tema: Defensa de los productos españoles contra las imposiciones arancelarias del Gobierno alemán

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta) : Es lo contrario.

El Sr. CANOVAS DEL CASTILLO: Recordaré ahora las notas para ver si es esto.

Pero, en fin, digo y repito que yo me encontraría en cierto embarazo en que, a mi ver, no se ha encontrado, ni nada parecido, el Gobierno de S. M., si lo que estoy diciendo hubiera de decirlo delante de Ministros y de representantes de la Nación alemana.

Pero aquí, entre nosotros, ¿qué quiere decir, en un método de discusión serio, esa provocación constante a que nosotros dejemos de llenar, de cumplir y de aprovechar nuestros derechos en el estudio de las cuestiones, y que cuanto antes vengamos a lo último? ¿Qué quiere decir, en boca de un Gobierno que tiene la mayoría que desde aquí con la vista se cuenta, el provocarnos para que lleguemos enseguida a la votación? ¿Quién ignora que esa votación habría de ser favorable al Gobierno? ¿Quién ignora que eso a que se nos reta no es retarnos a cosa alguna, sino a declararnos vencidos desde ahora? ¿Para qué se nos reta? Decidlo con franqueza: "Nosotros estamos seguros del triunfo; estamos seguros de que habrá bastantes Diputados y Senadores (que de eso parece que estáis completamente seguros y, si queréis, lo estaría yo también) que prefieran cumplir con los deberes que tienen con su Gobierno y con su partido, a cumplir con los intereses del país".

Seguros de eso, nos decís llenos de satisfacción, como la cosa más sencilla del mundo: "vamos a discutir;" que quiere decir: "vamos en seguida a votar, y entonces, con la enorme mayoría que tenemos, sacaremos adelante nuestro proyecto." Buen reto y buena razón para demostrarnos que, ya que hubiéramos de ser vencidos por el número, no hagamos uso de los derechos que nos confiere el Reglamento, y que están además muy puestos en razón, que a otros no hemos de apelar nosotros.

Si SS. SS., y no es ciertamente que yo les invite a ello, que no gusto de hacer cosas completamente inútiles, y que por lo tanto pudieran parecer ridículas; si SS. SS. desaparecieran de ese banco y estuviera pendiente todavía el tratado con Alemania, y el Gobierno que viniera a sustituiros convocara los comicios, ¡cómo os desafiaría, con qué seguridad de éxito, a que se viniera en seguida al debate!

Esta es la realidad; y como esta es la realidad, que ninguno de vosotros ignora, aquí no hay más pecado que el de haberla hecho entender de sobra a los extranjeros; que estas cosas, buenas son para calladas o para disimuladas ante ellos, que no para hacer alarde de ellas al otro lado de la frontera. Vosotros habéis procedido como quien podía asegurar a todo trance al Gobierno alemán que vuestro compromiso era un compromiso perfecto, a causa de que disponíais absolutamente de la voluntad de las Cortes.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Nadie ha dicho eso.

El Sr. CANOVAS DEL CASTILLO: Nadie lo ha dicho de esta manera clara y expresa y leal.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): .De ninguna manera.



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL